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lunes, 23 de noviembre de 2015

Plazas con Encanto II: Tembleque 27-10-2015

     Es viernes por la tarde, mi último día de vacaciones, la depresión se apodera de mi, en un par de horas mis vacaciones expiran y se inicia el fin de semana, no puedo dejar que entren en mi la tristeza y la angustia,  decido salir de ruta, esta vez solo, se que hay quien le gusta que salga solo quizás porque me sale ese espíritu de "rider" solitario, decido ir a Tembleque un pueblo manchego con una de las plazas más bonitas de Castilla, en ese momento, y como si fuese una alineación de los astros conspirando en contra de mi tristeza suena el whatsapp, ¡Ah es María!, mi buena amiga María, he decir que es una mujer que me alegra la vida cada vez que hablo con ella, una persona humilde y sencilla, pero que transmite seguridad en sus palabras, con una personalidad arrolladora, una líder natural...¡y que narices! una mujer de curvas imposibles que no sería capaz de trazarlas ni con Lady B con neumáticos nuevos, y con todos los respetos a su marido y a mi mujer, "¡esta tía es que me enamora!" y además la muy puñetera lo sabe. Se acabo de historias, me pongo el casco y salgo en solitario como lo que soy, un auténtico calavera enganchado a la carretera.

      Circulo por la autovía a mi ritmo adelantando coches, poco después tomó el desvío hacia Almonacid de Toledo, llego allí donde lo primero que destaca es su castillo, llamado "las Almenas del Cid" y debe su nombre a que en su día fue conquistado por el Cid Campeador.


                                                         Castillo de las Almenas del Cid

     Continuo dirección a Mora donde me espera otro castillo, en este caso el de Las Peñas Negras, este se alza sobre un enclave espectacular, un cerro rocoso en el que la piedra de la pared se funde con la roca natural, por desgracia no pude sacar una foto de la parte posterior mucho más cercana y con una arquitectura de las más bonitas que hay por la zona, me daba el sol de cara y venían coches detrás, no podía parar en la carretera.


                                                    Castillo de Las Peñas Negras

     Decido seguir la ruta, entro en la localidad de Tembleque, este es un pueblo manchego por excelencia donde en mi opinión lo mejor que tiene es su plaza, para llegar a ella tomo una calle hacia la izquierda que me dirige al mencionado lugar, entro en la plaza que promete, pero esta empedrada, y como ya he comentado en alguna ocasión a Lady B se le atragantan los empedrados y a mi también, por fin aparco, como he dicho antes una de las plazas más bonitas de Castilla, con soportales y corredores estos muy típicos en su época para ver los toros cuando se celebraban en este lugar.


     Las ornamentaciones que cubren los corredores corresponden a Las Cruces de la Orden de San Juan de Jerusalén

    

 
 
 


     Desde fuera de la plaza se puede apreciar la torre con el reloj de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción que data del siglo XVI con un estilo de transición entre el gótico y el renacentista.


              Anexada a esta bonita iglesia se encuentra también la Ermita de la Virgen del Rosario.


     Vista la parte norte de este interesante pueblo, salgo de la plaza como puedo con el empedrado, y me dirijo a la Casa de la Torres.


     La Casa de las Torres, es una casa-palacio construida en el siglo XVIII con un estilo marcadamente barroco.

     Con poco tiempo ya, porque se me echaba la noche encima y tenía que volver pronto, habíamos quedado a las nueve, "con unos buenos amigos en un buen bar de Toledo" salgo del pueblo por la A4 con la intención de volver a casa, pero como viajo en solitario y soy un personaje que me gusta conducir errante y sin rumbo, busco cualquier excusa para continuar enganchado a mi droga... ¡la carretera!, a mi memoria viene un lugar que deje pasar porque volvía con prisa cuando fui a Ocaña, y es una ermita situada en la cima de un cerro en Huerta de Valdecarábanos, ¡pues ya está! ¡allá vamos!.

      Ya en plena autovía, y tras repostar, según salgo de la gasolinera veo que hay un área de servicio lleno de camiones, y no hay cosa que más me guste sobre todo cuando viajo solo que pararme en sitios que carecen de interés, es como si se dejasen atrás todos los problemas del día a día,



     números, capacidades, producciones, gráficos, teléfonos, reuniones, acuerdos, negociaciones, razonar con el descerebrado, estrés, imbéciles, creídos, sobrados...por delante, rumbo, viajes, gasolina, carretera, puestas de sol, amaneceres, noches, lluvia, frio, calor, riesgo, potencia, cerveza, motores, ciudades, paisajes, sol, granizo, hielo, personas, aceleraciones, emociones, sensaciones, energía, luz, pasión, fuego...en tres palabras, un espíritu libre (sigo sin saber lo que es, pero lo pongo) y nunca volver la vista atrás, excepto ante las prominentes y contoneantes caderas de María a la que no me quito de la cabeza en toda la tarde, siempre que estoy con ella la busco con los ojos para lanzarla una profunda mirada con un toque canalla, esto último muy importante, generalmente cuando esto ocurre me enamoro hasta las trancas de la mencionada fémina, pero no es grave, entre su marido y mi mujer me hacen entrar en razón haciéndome ver que no me conviene, al final ese amor se olvida después de varias cervezas brindando por sus caderas.

     Después de ver la puesta de sol en un lugar de La Mancha de cuyo nombre...me incorporo a la autovía nuevamente, rumbo a Huerta de Valdecarábanos, ese trayecto transcurre sin pena ni gloria, hasta que llego a mi destino, por desgracia o no, había ya bastante oscuridad y no pude sacar fotos decentes, la ermita en cuestión es la de La Virgen del Rosario de Pastores.


     Esta ermita tiene lo que se denomina un estilo modernista, y la verdad sea dicha, y en mi opinión, construida con muy buen gusto, por desgracia como ya he mencionado, había mucha oscuridad y no era capaz de sacar fotos en condiciones, esta es la mejor que conseguí, así que ¡tendré que volver!.

     Ahora si, rumbo a casa de vuelta, ya de noche vuelvo a pasar por el Castillo de Las Peñas Negras situado en Mora, una pena ser tan mal fotógrafo porque con la noche cerrada y la iluminación artificial es mucho más espectacular, sobre todo en la vertiente que queda cercana a la carretera, finalmente llego a casa donde "tiro" a Lady B delante de la puerta, no hay tiempo de más, mañana la colocaré en su sitio.    
 
 
Me gustan estas dos imágenes
 
 
     Finalmente el día finalizó como debe ser, acudiendo a la cita con los amigos con los que habíamos quedado, y brindando cerveza tras cerveza por las curvas imposibles de María, me costó olvidar su amor, eso sí, a esta ruta la bauticé con su nombre.