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lunes, 26 de octubre de 2015

Nacimiento del Rio Tajo 23-10-2015

     Siempre he tenido curiosidad por ver nacer ese rio que me vio nacer a mi, ese rio que me ha acompañado toda mi vida, lo he visto desbordarse, he visto su caudal  seco pudiéndose pasar andando de una orilla a otra, y lo más triste, lo he visto y lo veo prácticamente muerto, agonizante, disuelto en la falta de escrúpulos que lo contaminan, pero no es cuestión de ponerse triste, todo esto cambia cuando uno llega a su origen y ve a ese recién nacido, no es nada espectacular su alumbramiento, pero si lo es el lugar donde nace y sobre todo llegar hasta aquí.

     Este es el nacimiento del Rio Tajo


                    Efectivamente, un charco, nada fuera de lo común, vamos a poner otra


                                               El charco desde otro ángulo


                         Aquí el charco anterior, al fondo, hace un reguerito a este charco más grande


     Aquí después del otro charco, y ya todo cuesta abajo continua ese reguerito con un poquito más de fuerza, desembocando a 1007 km de distancia en el impresionante estuario que forma en Lisboa.


              Este es un monumento, de "dudosa belleza" realizado en el nacimiento del rio.

     Pero como se ha dicho antes, lo espectacular no es ver este nacimiento, si no llegar aquí, a este lugar a 1593 metros de altura en el que para llegar, hay que sortear hoces espectaculares que a uno le hacen sentirse un enano, desfiladeros que asustan, aguas cristalinas en el fondo lejano de unos barrancos abismales, todo en un paisaje abrupto y roto pero adornado con la extraordinaria belleza que genera el otoño en este lugar, otoño que hace sacar a la vegetación las más variadas tonalidades, verdes, amarillos, marrones, ocres, rojos...que cuando se contemplan producen una explosión de color en la retina generando una sensación hipnótica, rara, como si el mundo se hubiese parado.

     Para realizar nuestro viaje, atravesaremos la Serranía de Cuenca y Los Montes Universales que contienen a la Sierra de Albarracín, esta última parte ya dentro de los que se denomina el Parque
Natural del Alto Tajo, algo más de 600 km de ruta todo ello realizado en una sola jornada.

     Como siempre un viaje arranca, no cuando se sale de casa, si no cuando se empieza a planificar y eso puede ser mucho tiempo atrás, en nuestro caso no tengo conciencia de ello, solo se que fue hace bastante, y ha sufrido muchas modificaciones todas ellas en función de las circunstancias.

      Salimos de casa alrededor de las 10:30h algo más tarde de lo planificado, pero aún había tiempo de sobra, como es de rigor los preparativos ya estaban listos desde muy temprana hora de la mañana.


                            Cascos, guantes, intercomunicadores para hablar...todo preparado


     Guía Campsa del 2002, todo un clásico, esta no falla, esas carreteras son muy viejas y no han cambiado.


     Y por último Lady B esperando en la calle, la maleta izquierda llena de comida, la derecha llena de bebida, y el top case con las cámaras de fotos, mapas...

     El día se presenta nublado y la mañana algo fresca pero aun así todo indica que es un día perfecto para viajar en moto, la primera etapa del viaje no tiene mucho que contar, transcurre entre Toledo y Cuenca, la mayor parte por autovía, con parada en Tarancón a descansar un poco y a tomar un café en un sitio ya conocido donde sabemos que ponen buen café.


     Una vez tomado el café de rigor y descansado brevemente, continuamos nuestra ruta hasta llegar a Cuenca, este tramo que transcurre en su totalidad por autovía se hace más ameno, el paisaje empieza a ser algo interesante y en las zonas de vegetación ya se empieza a anunciar parte del espectáculo que nos espera.

     Al llegar a Cuenca lo primero fue repostar de gasolina la moto, es necesario antes de adentrarnos en la serranía, en esa zona las gasolineras escasean y en mi recuerdo perdura la agónica búsqueda años atrás, en aquel entonces sobre mi BMW, de una gasolinera, tuve que recorrer kilómetros hasta encontrar una llegando a esta "por los pelos".

     Salimos de la gasolinera atravesando Cuenca hasta llegar al Rio Júcar, seguiremos todo el curso de este hasta abandonar la Serranía de Cuenca y adentrarnos en la de Albarracín territorio ya del Rio Tajo, atravesamos el puente sobre el Júcar, viramos a la derecha, y comienza el espectáculo.


     La majestuosa Hoz del Júcar nos acompaña en estos primeros compases de la ruta, vigilados desde la otra orilla por la ciudad.

    

                        Mientras tanto el otoño se encarga de poner los colores al paisaje

 
     A velocidad muy lenta y visera levantada transcurren los kilómetros, sin perder detalle, a medida que avanzamos el paisaje empieza a convertirse más escabroso.





     Todas las fotos están hechas en movimiento, no teníamos tiempo de pararnos en todos los sitios con vistas interesantes, ya que todo era interesante.

 
     A ritmo lento y entre paisajes que difícilmente se pueden olvidar, continuamos hacia el pueblo de Uña, donde tenemos previsto parar a descansar un poco
 

     Ahora un poco de colorido otoñal


     Finalmente llegamos a Uña, donde lo primero que se ve entre árboles es su famosa laguna, un lugar denominado refugio de la fauna, en la que se pueden encontrar muy diversos tipos de especies animales.


     Una vez en Uña, aparcamos a Lady B enfrente de una terraza donde nos sometimos a un relajante descanso, estas carreteras serpenteantes es el sueño de todo "motero" pero resultan agotadoras.

     Mientras nos tomábamos un cerveza , Lady D saco su vena artística.

  
     Yo también tengo vena artística, esta foto es mía.


     Entonces ella contraatacó fotografiando con zoom a tope a la fauna que a nuestra mesa se acercaba.



     Pero esta guerra la gané yo, fotografié a esta especie autóctona de la serranía conquense, especie protegida donde las hay, mezcla entre un gaucho argentino y Curro Jiménez.


     Sin lugar a dudas un personaje serrano de lo más pintoresco.

      Bromas aparte, este pueblo de cerca de 120 habitantes resulta un remanso de paz y tranquilidad, y sentarse a tomar una cerveza aquí nos ofrece imágenes tan relajantes como esta.


     Finalizado nuestro descanso continuamos nuestro recorrido turístico hacia el nacimiento del Rio Tajo, emprendiendo la marcha con tranquilidad, ya que a cada metro que se recorre aparece una imagen distinta que hace contraste con la anterior, haciendo que no se pueda perder detalle.


                                                   Paisajes abruptos


                                        Paisajes abruptos con colores otoñales


                                                  Simplemente colores otoñales

     Entre paisajes y más paisajes llegamos al Pantano de la Toba, que por supuesto se llevo la foto de rigor.



     Siguiendo con la ruta continuamos hacia el pueblo de Huélamo, de lo más pintoresco por su ubicación.


     Se me hace difícil pasar por pueblos así y no hacer una visita, pero no tenemos todo el tiempo del mundo, además como consuelo me sirve de excusa para volver en otra ocasión.


     En la cima de la montaña donde a su falda se sitúa el pueblo, hay una especie de mirador lo que hace más interesante el tener la posibilidad de poder subir cuando volvamos o planifiquemos la siguiente ruta por la zona.

     Continuamos dirección a Tragacete, pero a unos cinco kilómetros antes de llegar sale un cruce a la derecha que nos saca de la Serranía de Cuenca y nos mete de lleno en la Sierra de Albarracín a través del Puerto de El Cubillo.


     Se inicia la ascensión al puerto por una carretera muy estrecha y con buen firme, pero lo importante es que el espectáculo continua.



     Según se asciende, la vegetación de pinos y abetos hace que predomine el color verde apareciendo las otras especies de hoja caduca como explosiones de otro color.

 
Auténticos precipicios bordeando una carretera de curvas imposibles.
 

                      

 
 
Con vistas a valles que bien merecen la pena una parada para contemplarlos
 
    
Con árboles que ofrecen su fruto en la estación otoñal.
 
     Y así una imagen detrás de otra, y así una curva detrás de otra, sin descanso, cada curva que se gira aparece un nuevo paisaje, un nuevo color...y finalmente...
 
 
     ¡Como no! en ella nos adentramos, el paisaje continua siendo igual de excepcional, poco más adelante aparece esta señalización
 
 
     Y poco más adelante esta otra señal
 
 
     Hemos llegado, "al charco", donde aparcamos cómodamente al lado del monumento y del nacimiento del Rio.
 
 
Este es el monumento que se realizó y que ya se ha mostrado con anterioridad
 
 
     Representa la personificación del Tajo junto con las tres provincias por las que transcurre la primera fase de su recorrido, fue realizado su diseño en su origen por José Golzalvo Vives en el año 1929, pero la obra se termino en 1974.
 
 
     La escultura principal representa al Padre Tajo, su larga barba hace referencia a la extensa longitud del rio, la corona es el hielo que al fundirse hace manar las aguas, y por último la espada, esta es la que da nombre al rio, la palabra origen la pusieron los romanos Tagus, y hace alusión a la sección que hace el rio en la Península Ibérica, dividiéndola en dos partes.
 
 
     Esta es la sección que hace el Tajo (Tagus) en la Península Ibérica, y en la escultura representa un rabo de toro, el final de este sería el nacimiento del rio con la bola de pelo, y la base se situaría en Lisboa.
 
 
 
     El Caballero representa a la ciudad de Guadalajara, el Cáliz y la Estrella a la ciudad de Cuenca,
 
 
     y el Toro y la Estrella a la ciudad de Teruel, todo relacionado con la heráldica.
 
     Tras merodear por la simbología monumental, y echado un vistazo al monumento, nos pusimos a comer relajadamente en tan bello entorno, y una vez finalizado el avituallamiento iniciamos el camino de vuelta, todavía nos quedaban cosas por ver.
 
 
     El regreso al igual que a la ida, fue lento, recreándonos en el entorno
 
 
     Finalmente llegamos a la última parada programada antes de emprender el viaje de regreso a casa, un lugar muy conocido y a la vez impresionante, llamado "El Ventano del Diablo", es un mirador de piedra hueco con doble ventana que ofrece unas vistas realmente excepcionales.
 
     Al llegar a este lugar hay una amplia explanada donde aparcar, así lo hicimos e iniciamos el camino a pie que nos lleva al mencionado mirador.
 
 
     Al final del corto camino descendimos por las escaleras que daban acceso al Ventano del Diablo.
 
 
     Desde aquí se puede ver una de las mejores panorámicas a la Hoz del Júcar
 
 
                           Vistas que no son aptas para los que sufran de vértigos
 
 
     Pero merece la pena pararse aquí para ver las aguas cristalinas del Júcar aderezadas con los contrastes de la vegetación.
 
 
                                                    Sin comentarios a esta última imagen.
 
     Según la leyenda este lugar recibe este nombre porque era donde el maligno empujaba al vacío a quien osaba asomarse por aquí, imagino que es una leyenda, pero en este lugar fue donde Lady D con su gran afición a la fotografía decidió sacarme una foto, me sitúo en la parte de abajo en el mirador, ella en la parte de arriba, retrocede para enfocar y en ese momento siento un grito, levanto la mirada y la veo sentada en una piedra, me acerco y la veo con la cara llena de sangre, había tropezado y golpeado con toda la cara en una piedra, tenía una brecha bajo la ceja y un golpe brutal en la cara, corrí a la moto a por hielo, había que cortar la hemorragia, finalmente se consiguió y tras el dolor que sentía se incorporó sin marearse y como tozuda que es me saco la foto, fue la nota negativa del día.
 
     Ya prácticamente recuperada pero con la duda de si podía sufrir un mareo nos dirigimos hacia la moto, decidió sacarme unas fotos allí, todavía tenía ganas, momentos antes había llegado la guardia civil, a los que preguntamos por un centro de salud con el fin de que la curasen e hicieran la primera revisión, sinceramente tenía miedo a que sufriese un mareo y se pudiera caer de la moto, ellos muy amablemente nos indicaron donde estaba el centro más cercano, tras muchas indicaciones, decidieron que ellos nos guiaban, y poco después decidieron que ante la posibilidad de que se marease ella iría en el coche con ellos, tenía su gracia verla montar en el coche patrulla como si la hubiesen arrestado.
 
 
     Esta fue la foto que me saco antes de subirse al coche patrulla, hay que tener afición, y yo me di cuenta que cada vez tengo menos pelo, no me extraña con tanto disgusto.
 
     Una vez en el centro médico que estaba situado en el pueblo de Villalba de la Sierra, la sometieron a la cura correspondiente y a la inspección de rigor donde ya determinaron que el impacto sufrido en la cabeza no era grave, y que podía montar en moto sin problema.
 
     Al salir del centro médico ella necesitaba tomar un café, a lo que una lugareña nos indicó donde se encontraba el bar de este pueblo, y allí hicimos ese café con una brecha en la cabeza.
 
 
          En aquel momento el ojo no presentaba mal aspecto pero al día siguiente...
 
 
     El bar no tenía ningún aspecto de "bar", pero he de decir que me gustan cuando tienen este aspecto distinto y eso generalmente se da en pequeños pueblos perdidos en la España profunda y alejados de las grandes poblaciones, tienen su encanto.
 
     Después poco más que contar, cogimos a Lady B y esta voló bajo por la autovía de regreso a casa, hicimos parada en Tarancón para repostar y descansar cinco minutos y posteriormente sin parar hasta casa, llegamos muy cansados, creo que he debido de perder dos kilos tras los 562 km de ruta, pero salvo el susto de la caída ha sido un gran día.