Visitas

domingo, 5 de julio de 2015

Toros de Guisando 05-07-2015

     Suena el despertador temprano, son las 6:00 de la mañana, siempre he sido de los que ha dicho que la moto en cualquier época menos en verano, pero me resisto a colgar el casco aunque sea el mes de julio, y yo que soy de los que no les cuesta madrugar lo tengo fácil.

     Todavía no ha salido el sol pero Lady B. espera ya en la puerta, son las 7:00 de la mañana y el destino elegido es visitar Los Toros de Guisando.

 
 
     Arranco el motor para que vaya calentando mientras me enfundo, casco guantes y demás parafernalia, me subo, meto primera y arrancamos...

     Salgo por las calles de la urbanización hasta incorporarme a la carretera que atraviesa Argés que esta en fiestas en estos momentos, cuando voy llegando a la plaza observo los últimos rezagados del festejo que todavía se resisten a irse a dormir, momento en que veo el cartel que indica que me tengo que desviar por motivo de las fiestas, ¡vaya!, pienso, ahora a desviarme, pero no me queda otra, así lo hago, enfilo la calle que sale a la derecha y contemplo el amanecer sobre el frontal de la japonesa, bonita estampa, todavía voy a tener que dar las gracias al alcalde por desviarme, sin más sigo circulando, me incorporo a la autovía, y empiezo a meter marchas 1,2,3,4,5 y 6 y pongo velocidad de crucero rumbo a Ávila.

      Voy circulando por la autovía, y veo como los primeros rayos de sol iluminan los amarillos campos de Castilla en esta época del año, dominados por el Castillo de Barcience resulta muy agradable su contemplación sobre todo a esta hora de la mañana y con la buena temperatura que hay, esto hace que merezca la pena madrugar.
 



     Continuando con la ruta, pasamos Torrijos, Val de Santo Domingo, hasta que llegamos a Maqueda presidida por su castillo de origen musulmán que data del año 981.



     Una vez pasado Maqueda, nos dirigimos hacia San Martín de Valdeiglesias, siempre con la mirada puesta en la Sierra de Gredos de fondo y la de San Vicente a la izquierda, esta última de un color más oscuro debido a su intensa vegetación.

     Una vez pasados los reiterativos toboganes de la carretera pasado Maqueda, el paisaje empieza a tornar su color, y lo que eran extensas llanuras que habían albergado el cereal ya recolectado se convierten en interminables pinares y especies vegetales de climas más húmedos, lo cual hace evidente que ya entramos en terreno montañoso.



     Todavía con el sol bajo llegamos a nuestro destino, serían sobre las 8:30 de la mañana, lo que hacía que la temperatura continuase siendo agradable.


         Los Toros de Guisando, son un conjunto de esculturas que datan de la edad del hierro, allá por el siglo I y II a.C. aunque no se sabe muy bien el motivo de su construcción lo que si se sabe, y como nota histórica es que fue en este lugar donde se firmo del tratado en el que Isabel la Católica fue proclamada Princesa de Asturias y como tal, heredera al trono de Castilla.


     A este le nombre yo motero de honor, me cayó bien no se porque.


                 El grupo de las cuatro esculturas que componen el conjunto escultórico.


                               Este presentaba una inscripción que no conseguí comprender.


                                               Parte posterior de tan apreciadas esculturas.

     Una vez finalizada nuestra pausada visita al arte de nuestros ancestros, me dirijo a emprender la vuelta a casa, no quiero que las altas temperaturas anunciadas me sorprendan con el casco puesto.


     Como evidencia de lo mencionado, el sol aunque bajo ya empezaba a levantarse sobre el horizonte.

     Una vez emprendida la vuelta, voy disfrutando de la conducción, pero es a la entrada del pueblo de Almorox, cuando veo un cartel que indica Cenicientos, a mi memoria vienen recuerdos de al menos diez años atrás, esta carretera que arranca desde el cruce era un bonito y espectacular tramo de rallye, una carretera de montaña llena de curvas y bonitos paisajes, no lo dudo dos veces, bajo dos marchas, me levanto la visera del casco, y allá vamos, no hay mucho que contar, como he dicho bonitos paisajes, agradable conducción y muchos, muchos y buenos recuerdos que solo yo y las personas con las que compartí esos momentos pueden comprender.



                        

                   Como he dicho, no hay mucho que añadir, son solo recuerdos personales.

     Ahora ya no hay excusa, hay que volver, una vez salgo de esta bonita carretera, pongo velocidad de crucero y comienzo a devorar kilómetros por la extensa meseta sur, son las 10:00 h y empieza a hacer calor, debe haber 30 grados, comienzo a cruzarme con grupos de moteros menos madrugadores, voy saludando a todos, y pienso "estos cuando regresen van a poder freír un huevo sobre el casco", a lo mejor era yo que se me estaba empezando a cocer el cerebro y ya pensaba cosas raras, fuese como fuere llego a casa, son las 10:30h, una buena hora.


                                                                  Llegada a casa

          
                                                                Rectifico 10:35h


                                                              207 km recorridos

     Una vez en casa, me hago la pregunta que me hacía a mi mismo hace años, ¿Qué era lo que  realmente me gustaba? ¿viajar o conducir?, gran dilema tenía, pero la respuesta era sencilla, había un error en la pregunta, no era una pregunta "viajar o conducir", era una afirmación "viajar y conducir".